
¿Cómo se realiza el tratamiento con plasma rico en plaquetas?
El tratamiento con plasma rico en plaquetas (PRP) es un procedimiento médico que se realiza en diferentes áreas de la dermatología. Supone unas molestias mínimas para el paciente y cierta complejidad para su realización en la clínica.
El primer paso es realizar una extracción de sangre convencional, similar a cualquier analítica sanguínea. Sin embargo, no hace falta que esa extracción sea en ayunas. Una vez sacada la sangre, esta se centrifuga durante unos minutos. Así se separan los diferentes componentes de la sangre en 3 capas básicas: la capa más profunda con el componente celular (células rojas y blancas de la sangre), la capa media donde se encuentra el PRP, y la capa más superficial donde queda el plasma pobre en plaquetas.
El PRP se extrae para realizar el tratamiento. Dependiendo del motivo por el que se use puede activarse o no. La activación consiste en mezclar con cloruro cálcico, eso induce la salida de los gránulos de las plaquetas que contienen factores de crecimiento. Existe cierta controversia de si es necesario activar o no el PRP antes de su inyección, ya que el PRP también podría activarse de forma natural al inyectarlo en el cuero cabelludo.
Por último el PRP se inyecta en el cuero cabelludo a través de micropunciones. En cada una de ellas se administra una pequeña cantidad de PRP de tal forma que se reparte de forma difusa por todo el cuero cabelludo o por las zonas que queremos intensificar el tratamiento y buscamos su efecto. Para realizar estás inyecciones se puede poner una anestesia local. Es importante que la zona anestesiada no sea la zona a tratar, porque el PRP podría perder eficacia. Para evitar eso se utilizan técnicas de anestesia regional, que bloquea la sensibilidad de la periferia de la zona a tratar.
Una vez realizado el tratamiento el cuero cabelludo puede tener cierto tono enrojecido y el cabello suele quedar un poco ensuciado. Después de lavarse el pelo y dejar pasar unas pocas horas el aspecto es completamente normal. Generalmente no deja molestias y es excepcional que sea necesario tomar analgésicos.