
¿PUEDE NO SALIR EL PELO DESPUÉS DE LA QUIMIOTERAPIA?
Muchos pacientes diagnosticados con cáncer reciben tratamiento con quimioterapia. La pérdida de pelo es un efecto adverso muy frecuente de este tratamiento, puede llegar a ocurrir en el 65% de los casos. Hay dos tipos de alopecia relacionadas con la quimioterapia. La primera es la “alopecia temporal inducid por quimioterapia”, sucede durante las primeras semanas del tratamiento con quimioterapia, suele perderse todo el cabello y después del tratamiento se recupera progresivamente. El segundo tipo es la “alopecia permanente por quimioterapia”, es mucho menos frecuente (1-4% según el tipo de quimioterapia) y se detecta cuando después de suspender los ciclos de quimioterapia no se recupera el pelo perdido.
La alopecia permanente por quimioterapia aparece con más frecuencia en las mujeres. El motivo principal es que uno de los tipos de quimioterapia que más asocia este fenómeno es la utilizada en el cáncer de mama, ya que incluye el uso de taxanos (docetaxel, paclitaxel, etc.). También es frecuente en pacientes que se han sometido a un trasplante de médula, incluso en siendo niños. El mecanismo por el cual se produce este fenómeno no está del todo esclarecido, pero se cree que este tipo de quimioterapia puede producir un daño permanente al bulbo y a las células madre foliculares. En ocasiones los medicamentos bloqueadores de estrógenos que se usan después de la quimioterapia en el cáncer de mama agravan la alopecia.
Se recomienda esperar unos 6 meses tras la suspensión de la quimioterapia antes de realizar un diagnóstico con seguridad. La alopecia permanente puede ser total o parcial, recuperando en esos casos algo de cabello. En los casos de alopecia parcial postquimioterapia pueden clasificarse en tres tipos: alopecia difusa generalizada por todo el cuero cabelludo, alopecia centrada en la coronilla (que recuerda a la alopecia androgénica común), y alopecia parcheada (con calvas salpicadas por el cuero cabelludo). Con menos frecuencia, pero también posible, se pierde el pelo de las cejas, pestañas y vello corporal.
El tratamiento de este tipo de alopecias supone un reto para los profesionales que nos dedicamos al campo de la tricología. La prevención de la alopecia con “scalp-cooling” durante el tratamiento con quimioterapia está cada vez más extendida en los centros donde se reciben los ciclos de quimioterapia. El scalp-cooling consiste en envolver el cuero cabelludo de las pacientes con un dispositivo frío durante la infusión de la qimioterapia, de esta forma el folículo piloso se protege y reduce el riesgo de alopecia durante y postquimioterapia. Cada vez más estudios científicos apoyan su seguridad y efectivdad.
Una vez establecida la alopecia postquimioterapia es esencial un buen estudio inicial que permita valorar la mejor opción de tratamiento en cada caso y determine cuál es el grado de mejoría que se puede aspirar a alcanzar. Generalmente se requiere combinar las opciones de tratamiento disponibles, siempre utilizando las opciones compatibles con los antecedentes del cáncer que fue diagnosticado previamente. Cuando el tratamiento médico va a ser insuficiente podemos recurrir a opciones cosméticas que recuperen el cabello y la autoestima en el día a día. Dentro de estas opciones están los sistemas FAS, la única forma de recuperar el cabello cuando no se puede hacer trasplante con resultados completamente naturales.